A través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), las ciudades del mundo se están transformando, uniendo la sostenibilidad con la tecnología. Es este proceso el que da origen a las llamadas smart cities, centros urbanos inteligentes que utilizan datos, tecnología e innovación para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, optimizar recursos y enfrentar los desafíos ambientales y sociales del siglo XXI.
¿Pero qué son las Smart Cities?
Estas ciudades sostenibles e inteligentes, a las que llamamos Smart Cities, son como una reconstrucción virtual y eficiente de una ciudad, con un desarrollo basado en las tecnologías de la información y comunicación. Tienen como objetivo apoyar la administración pública y privada de las ciudades, así como satisfacer las necesidades de los ciudadanos y de las instituciones.
Las Smart Cities consiguen:
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Optimizar el uso de los recursos financieros;
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Mejorar las redes de transporte urbano, el abastecimiento de agua y la gestión de residuos;
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Garantizar espacios públicos seguros;
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Monitorear la calidad del aire y controlar la contaminación;
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Promover el uso consciente y eficiente de la energía;
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Mejorar la planificación urbana y reforzar la sostenibilidad ambiental;
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Integrar tecnologías en los sectores de la salud y la educación;
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Acercar la relación con los ciudadanos, promoviendo la participación cívica;
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Proteger el medio ambiente con soluciones innovadoras;
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Reducir el tráfico y mejorar la movilidad urbana, a través de sistemas inteligentes de transporte.
Las principales Smart Cities en Portugal incluyen Aveiro, Penela, Águeda, Viseu, Leiria y Torres Vedras, donde se observa una fuerte apuesta por el 5G, la promoción de vehículos eléctricos, el desarrollo de tecnologías aplicadas al turismo y en aplicaciones de interacción con los ciudadanos.
En el resto del mundo, destacan ciudades como:
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Ámsterdam, que desde 2009 promueve el proyecto Amsterdam Smart City, desarrollando nuevas tecnologías para reducir las emisiones de gases contaminantes y el consumo excesivo de energía.
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Copenhague, que creó un sistema de compartición de información para mejorar la vida comunitaria y ha invertido fuertemente en educación, vivienda y transporte público.
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Curitiba, en Brasil, un ejemplo notable de planificación urbana eficiente, con foco en la movilidad sostenible y en la calidad de vida.
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Nueva York, que en 2017 fue considerada la ciudad más inteligente del mundo, destacándose por la creación de un sistema telefónico público con acceso gratuito a internet para todos los residentes.
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San Francisco, en Estados Unidos, una de las ciudades con mayor número de edificios sostenibles y certificaciones ambientales.
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Singapur, que invierte fuertemente en tecnología para monitorizar infracciones en tiempo real, además de aplicar soluciones inteligentes en la movilidad, vivienda y gestión urbana.
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Tokio, con sistemas avanzados de gestión energética que reducen el desperdicio y varias iniciativas sostenibles aplicadas al espacio urbano.
En resumen, las Smart Cities representan no solo el futuro de la tecnología y el medio ambiente, sino también la esperanza de un modelo urbano más justo y sostenible. Al satisfacer las necesidades de la población, defender el medio ambiente y promover el uso consciente de las TIC, estas ciudades demuestran que la integración entre tecnología, políticas ambientales y desarrollo social puede transformar los centros urbanos en espacios más inteligentes, eficientes y humanos.
Imagen: Sasin Paraksa (Getty Images, Reproducción)



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