¿Qué esperar de la COP27?


A principios del próximo mes de noviembre, más concretamente entre los días 6 y 18, tendrá lugar en Sharm el-Sheikh – ciudad egipcia en la costa del Mar Rojo – la 27.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Pero, ¿qué se puede anticipar sobre este evento de gran relevancia? 


Ideada por la Organización de las Naciones Unidas, la COP reúne, desde 1995, a los líderes de prácticamente todos los países del mundo y, en los últimos años, estas conferencias han contribuido sustancialmente a la implementación de acuerdos relacionados con el clima, como el Acuerdo de París (anunciado en 2015, durante la COP21) y el mercado global de carbono (anunciado en 2021, durante la COP26).


El eslogan oficial de la COP27 es “juntos para la implementación”, lo que abre horizontes para la concreción de las diversas promesas y metas acordadas durante los últimos años, después de que, en 2021, se haya "cerrado" finalmente el libro de reglas del Acuerdo de París. Sin embargo, es necesario coordinar esfuerzos para que las nuevas medidas se implementen de forma homogénea en todo el mundo, lo que nos lleva a lo que será, posiblemente, el tema principal de la conferencia de este año: el financiamiento climático.


En 2009, durante la COP15 en Copenhague, los llamados países desarrollados prometieron crear y poner a disposición de los países en desarrollo un fondo de 100 mil millones de dólares por año hasta 2020, para que estos pudieran implementar medidas de lucha contra el cambio climático. Esta promesa, sin embargo, no se cumplió y, en 2022, se espera que este tema regrese a las mesas de la conferencia. 


Aun así, no todo es negativo. A diferencia de lo que ocurría en 2009, las señales dadas hoy por las grandes entidades financieras son bastante prometedoras. Hasta 2025, el Plan de Acción para el Cambio Climático del Banco Mundial tiene como objetivo destinar, anualmente, 25 mil millones de dólares para iniciativas que busquen disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y promuevan la adaptación a medios más sostenibles, contribuyendo, simultáneamente, al desarrollo de la región y a la reducción de la pobreza. Además, en 2021, el Banco Mundial cambió su cartera de inversiones, no habiendo financiado ningún proyecto o empresa vinculada a combustibles fósiles.


Dicho todo esto, podemos anticipar que la cuestión financiera será el punto crucial de la 27.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, con los países en desarrollo – que son los más vulnerables a los cambios climáticos, como podemos observar por los acontecimientos trágicos en Pakistán que tuvo, recientemente, ⅓ de su territorio sumergido – exigiendo acción y mecanismos internacionales de financiación para combatir el calentamiento global. 

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